jueves, 5 de septiembre de 2013

MI MANSIÓN

Mi mansión es blanca, grande, lujosa y en ella todo es felicidad y paz. Paseo por ella con ropa interior de un blanco inmaculado, con ligueros y medias. Todo es etéreo, tan ampuloso y esquisito.... Me relajo y me dejo abrazar por un camastro mullido, me siento feliz.

Y de repente comienza la lluvia de fustazos, por todo mi cuerpo, con esa fusta blanca que tanto me gusta. Soy dichosa, aún sin marcas a pesar de la furia de los golpes sobre mi ser. Me siento plena y a la vez excitada con el tremendo dolor.

Me agarra del pelo y me arrastra hasta el suelo. Lo miro y sólo veo una mano, blandiendo la fusta, que viene de un cuerpo invisible, pero que sé que está ahí. Camina a mi alrededor y se inclina sobre mi, me susurra dominante: -lo tuyo es mío ahora, todo lo que está en tus cuentas-.

Su dominio sobre mí, incluso en ese aspecto, es mi plenitud. Tiene el poder, es el Amo y Señor de todo.

Frente a la chimenea miramos el fuego chisporrotear. Tenemos una mesa camilla por delante, la criada viene a llevársela. Nos la cambia por unas mantas y permanecemos inmutables durante un rato, serenos en nuestro estado. Pero Él se levanta y se marcha y todo se oscurece.

Los muebles son de un color chocolate oscurísimo, de estilo medieval. Yo ya no soy la misma, visto hábitos de monja y mi cara ha envejecido y engordado. El obispo me visita y comienza la discusión, me dice que debo confiar en Dios. Yo lo miro y le respondo que le demostraré de su inexistencia. Un montón de libros me ayudan a ello, junto a mí otra monja aún más vieja que yo me apoya en la tarea. El obispo se va convenciendo...y llega la sentencia final: he encontrado la cita que buscaba, la que corrobora mis teorías "lo tuyo es mío ahora, todo lo que tienes pertenece a Él-"

Comprendo que no puedo seguir así, quiero sentirme bella, volver a ser yo y ser atractiva. Trato de quitarme los hábitos y quedarme en ropa interior. Estoy nerviosa y me despierto...

Llamo a mi Amo, hemos quedado para que me masturbe por teléfono cuando despertara, pero antes quiero contarle mi sueño.

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